jueves, 6 de enero de 2011

FORMACIÓN DEL PROFESORADO EN NUEVAS TECNOLOGÍAS


La figura del profesor ante el cambio tecnológico, se propone un modelo de formación del profesorado centrado en el uso crítico de las herramientas de progreso.

Para la integración de las TICs en los procesos de enseñanza-aprendizaje pasa por cambiar el actual rol que el profesor tiende a desempeñar en nuestra cultura escolar.

Hay una tendencia general en el profesorado para autoevaluarse como que no se encuentran capacitados para utilizar las TICs que tienen a su disposición en las instituciones educativas.

Dicen poseer poca formación para incorporarlas en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Reconocen que no han recibido una verdadera calificación a lo largo de sus estudios, para incorporarlas a su práctica profesional.

Pero sin embargo se han realizado bastantes acciones formativas para que el profesorado conozca cómo incorporarlas a la práctica de la enseñanza, sepan utilizarlas no sólo técnicamente sino también didácticamente, y sean capaces al mismo tiempo de producirlas, evaluarlas y adaptarlas a las características y necesidades de los alumnos.

Pero para que el profesorado utilice e integre las TICs, deben darse como mínimo cuatro grandes condiciones: que tengan facilidad de acceso a las mismas, que tengan una diversidad de contenidos digitalizados de calidad puestos a disposición para su fácil incorporación, que estén capacitados para su utilización e incorporación, y que las estructuras organizativas de los centros favorezcan su utilización.

Los procesos de formación del profesorado en TICs deben tener presente que frente a su relación con innovaciones tecnológicas los docentes pueden asumir tres posiciones:

1. Quienes otorgan a las Nuevas Tecnologías un poder mágico y creen que su sólo uso puede transformar el proceso de enseñanza y de aprendizaje, creando una relación ciega que no les permite desarrollar mecanismos críticos frente a los medios -Tecnofilia - y crean por consiguiente, una cierta dependencia de la máquina.

2. Quienes no utilizan las tecnologías porque consideran que son culpables de casi todos los problemas que afectan a la sociedad. Este tipo de docente como manifestación de su resistencia al cambio, suele rechazar enfáticamente la utilización de las Nuevas Tecnologías -Tecnofobia -. Igualmente se encuentran en esta categoría los docentes que consideran difícil su uso, así como quienes tienen miedo y pena de recibir entrenamiento, porque se consideran incapaces o avergonzados frente a sus estudiantes o profesores más jóvenes que tienen desarrolladas esas habilidades y destrezas para su uso.

3. Y por último, los docentes que utilizan las Tecnologías y sacan el mejor partido de ellas; realizando una crítica permanente sobre sus aspectos positivos y negativos - Crítica -. Es decir aquellos que reconocen la necesidad de su vinculación a la educación y asumen un papel de gestores del cambio de acuerdo con los requerimientos y expectativas del aula y la institución misma.

Las nuevas formas de enseñanza y de aprendizaje exigen habilidades como investigación, búsqueda, estudio, invención, adaptación, flexibilidad, creatividad, actitudes de tolerancia a la frustración para encontrar el uso pedagógico de la tecnología. Es necesario estar preparados para triunfos y fracasos, propios y de sus alumnos, cada vez que se intente introducir una nueva tecnología.

Las claves para que la integración curricular de las nuevas tecnologías se haga realidad consisten en el uso de éstas en la formación de los profesores.

El profesor Vázquez Gómez (1994: 58) manifiesta que la introducción de las TICs en la formación de los profesores significa, por de pronto, tres cosas:

- Introducir el enfoque tecnológico en la formación de los profesores.
- Utilizar las nuevas tecnologías, tanto en su formación, como en su perfeccionamiento;
- Seleccionar aquellas tecnologías que tienen mayor potencialidad pedagógica (tecnologías interactivas y que se adaptan mejor a la simulación del pensamiento humano y, en concreto, al pensamiento del alumno, del profesor y a la calidad de las interacciones entre ambos.

Ha de ser, sin embargo la formación y la reflexión de los docentes el punto de partida para la integración curricular de las Nuevas Tecnologías, siempre que ello sea posible, ya que la propia naturaleza de las Nuevas Tecnologías no siempre lo permite.

Según los argumentos utilizados por el profesor Medina Rivilla (1989), me centro en tres aspectos que justifican la necesidad de una formación tecnológica del profesorado, y que podrían entenderse como objetivos prioritarios en la formación en Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación de los futuros maestros/as.

- Mejorar la interpretación y concepción tecnológica de la enseñanza desde el protagonismo reflexivo del profesor como generador de currículum y estilos de enseñanza.
- Alcanzar una concepción tecnológica apoyada en una fundamentación científica del proceso enseñanza-aprendizaje y en la actualización artístico-reflexiva en el aula.
- Ayudar al profesorado a gestionar y organizar adecuadamente los medios que han de utilizar en el aula y en el centro.

Conclusión:

En la actualidad podemos comprobar la escasa utilización que el profesorado hace de las nuevas tecnologías en los centros educativos. En la mayor parte de las escuelas, el libro de texto continúa siendo el referente fundamental y la herramienta que prima una gran parte de las tareas realizadas en el aula. Aunque cada vez hay más docentes que utilizan la TICs, su uso continúa siendo poco frecuente, sobre todo si lo comparamos con el libro de texto y otros medios impresos tradicionales.

La generalización del aprendizaje electrónico depende de la presencia de dos factores básicos: el dominio de las nuevas tecnologías por parte de los profesores, aceptándolas como un instrumento positivo de ayuda en su trabajo, y la posibilidad de que los alumnos dispongan del suficiente número de terminales de ordenador para hacer rentable la producción masiva del material didáctico informatizado.

Y dada la necesidad de implementar la tecnología como modelo para la intervención docente, es necesario capacitar a los profesores en el dominio de estos nuevos lenguajes de comunicación a través de una pedagogía de la imagen y del uso racional y crítico de los recursos tecnológicos en su aplicación a la educación. Por lo que las instituciones escolares deben capacitar a los docentes en el dominio de la Tecnología de la Información y de la Comunicación adaptada a sus contextos de intervención.

Por tanto, se hace cada vez más imprescindible crear las condiciones favorables a través de medidas de apoyo a los profesores, donde se reconozca por parte de las autoridades académicas su esfuerzo y resultados.

Hasta hace relativamente poco, los esfuerzos de capacitación tecnológica y el “valor” han sido grandes porque los profesores no habían recibido la formación ni la perspectiva tecnológica desde la que sustentar sus acciones. Hoy, los programas de perfeccionamiento del profesorado (formación permanente), así como los de la formación inicial, con la inclusión en los planes de estudio de magisterio de “Las Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación”, contemplan la formación tecnológica de los profesores y profesoras. Desde esta perspectiva formativa pienso que desaparecerán en cierta medida los temores puestos de manifiesto por el profesorado en etapas anteriores, provocando una actitud de apertura e indagación permanente en el uso de las TICs en los contextos educativos.

También sería conveniente modificar los criterios de selección del profesorado, porque en las oposiciones no se tiene en cuenta las destrezas tecnológicas de los candidatos ni se utilizan criterios relacionados con su capacidad en el uso de las TICs, y por consiguiente de si es el candidato adecuado para educar en un mundo dominado por la tecnología.

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